A la deriva

Autor: Víctor Hugo

Agradezco a esta maravillosa comunidad. Siempre he sentido que no encajaba en ningún lado. Ahora, cada vez que leo muchos testimonios y experiencias, siento de pronto ese abrazo en todos esos momentos que yo mismo no me entendía y hasta creía que era mi culpa. Además de crecer en un hogar muy sexualizado, lo sexual es muy importante, el tema como a muchas historias aquí, viví bajo intensas y extremas alteraciones de pequeño, que hasta me pregunto si ya no habré enloquecido; principalmente de mucha violencia con mis padres y mi madre. No quiero para mi hija lo que viví de pequeño, de eso tengo una certera seguridad. Estoy casado hace ya nueve años, hoy es muy difícil llevar el matrimonio; porque además mi mujer, es alosexual, cree que no la quiero o no la deseo. Hasta se imagina que quizás la engaño. Hoy sé que soy asexual y no sé si esto acabará con mi matrimonio.

Manejar esto  para mí, hoy, está siendo una odisea, y bueno, percibí todo cuando tuve mi primera hija. Vivo en una constante frustración desde que me di cuenta que no experimento atracción sexual. Entiendo los fastidioso que debe ser para mi mujer, ella pone todo de ella, pero no es ella soy yo y todo esto me lleva a imaginar un matrimonio terminado, salvo que logramos entendernos nuevamente.

Baila, Relájate, Éxtasis, Libertad, Desencadenado, El Bund

Ahí voy, entendiendo qué me pasa, lo que soy y la vida no es fácil para un asexual a nivel emocional, me estoy descubriendo. Sobre todo en un sociedad agresiva para todo lo que le resulta extraño. A veces es mejor revelarlo; pero otras veces hace falta abrirse y contar porque también es necesario por superar o sanar, ser uno mismo. Es la ecuación que no termino de resolver, contarle o no contarle. Escribo desde una ciudad muy desorganizado y confuso, dónde este tema es muy poco  conocido. Soy de Lima, Perú.

He buscado intensamente salir de aquí, y esto de la pandemia terminó en cambiar mis planes y precipitó todo el colapso dentro de mi matrimonio. Tengo planeado una ruta de escape, quizás dejarla ir y que sea feliz. Tratar de construir una familia sólida para mi hija sin que nuestros problemas maritales la alteren. No quiero para ella el dolor que yo viví y que habite el malestar que nosotros de forma indirecta podemos darle.

Creo que en la orientación me descubrí y pese a los conflictos me trajo paz. Hace que  esto sea tan frontal, tan honesto. Siento a la comunidad generalmente confiable,  me agrada sentirme en casa. He sido víctima de muchos timos y embustes de profesionales que han intentado curarme, y cuyo único remedio ha sido la vergüenza y mofa de mi masculinidad y la destrucción  por completo de mi estima. Tuve que aprender con tantas malas experiencias a que ser diferente no debería dolerme, que en aceptarme está lo positivo. Y me lleno de preguntas, ¿cuánto alivio hubiese tenido si hubiese conocido mi orientación sexual en la adolescencia? ¿Cuántas penas y cuánto dolor le hubieran evitado a mi mujer?