Amor

Autor: Juan Carlos S

He usado el sexo como una forma de expresar el amor que siento por mi esposa porque crecí sin las herramientas para expresarlo de otra manera, soy bruto o no encuentro palabras para demostrar cuánto la amo. Hasta el punto de que ni siquiera le digo mucho que lo hago, mis muestras de afecto son a través de obsequios, salidas o caricias.

Soy alosexual. Mi esposa dice que soy hiperactivo, lo que nos cuesta llevar la pareja. Tampoco la obligo, no me gusta. Ella me ha insistido en abrir la pareja muchas veces, pero no es algo que yo haría; prefiero que ella me busque como pactamos y mientras tanto comenzar a comunicar nuestro amor de otra manera. Tengo una linda familia, no quiero echar todo a la mierda por su orientación sexual.

Amor, Beso, Pareja, Juntos, Al Aire Libre, Afecto

Al principio pensé que la asexualidad era como una falencia, no les voy a mentir que los perjuicios me ganaron. Por mi mente pasaron muchísimas cosas. Sentí que nació sin la capacidad de saborear los sabores dulces. Me sentí triste por ella y me arrepiento mucho. Que no puede disfrutar esa gran parte de la vida que es tan divertida y puede ser aventurera, pero entendí que eso es para mí, que ella ama de otra manera, que quizás no prefiera lo dulce y le apetezca lo salado. Que no me debería sentir triste por ella, sino alegre por haberse encontrado. Estoy feliz porque mi esposa es feliz y hoy siento que la entiendo y la acompaño.

Hablar con ella y algunos textos de avenitas me ha hecho escribirles y contar un poco sobre mi cambio y lo duro que ha sido plantear nuestra relación nuevamente. Siempre que uno esté dispuesto se puede llegar a un buen puerto, no les diré que es fácil porque les mentiría. No me importa sacrificar unos minutos de placer por conservar la hermosa familia que hemos construido. Me siento aquí hoy con los ojos más abiertos que nunca al hecho de que hay más sabores para explorar y divertirme. Es una nueva sensación de libertad y entusiasmo por nuestro futuro.

Espero que la vida nos sonría y aprendamos a caminar juntos nuevamente, pero esta vez siendo realmente nosotros mismos.