Escrito por: Asexuales México y América Latina
Implicaciones sobre el discurso patologizante hacia la sexualidad
Tiempo sin pulso es un largometraje inspirado en la asexualidad de la directora de cine, Bárbara Ochoa, cuyo protagonista, Bruno, no se permite sentir placer ni disfrutar de la vida».
Lo anterior se debe a la muerte de su hermano mayor y la relación disfuncional con su madre.
Bárbara Ochoa comentó que la historia parte su interés en el nivel de vinculación de los jóvenes asexuales:
«Me interesó la decisión que toman algunos jóvenes de no vincularse en el nivel con nadie, entonces quise ahondar en esta ficción y ver que podría estar detrás de esta decisión».
Y una vez más:
La asexualidad no es una decisión.
La asexualidad no es un mecanismo de represión.
La asexualidad no es la consecuencia de un trauma o relaciones disfuncionales.
Es una orientación sexual dónde hay poca o nula atracción sexual hacia otra persona.
Patologización de la asexualidad
Como puede verse, la trama de la película, parte de considerar a la asexualidad cómo es resultado de un evento traumático, como lo es la pérdida de un ser querido. Asimismo se le concibe como mecanismo de represión.
Cuándo hay discursos patologizantes en contra de una comunidad o grupo social, se atenta contra este; ya que, al exhibirse al público, se generan conceptos erróneos y la desinformación puede ser utilizada para violentar y discriminar a dicha comunidad o grupo. Además de no reconocer la asexualidad como orientación legítima y válida.
Caso de la vida real
A raíz de este artículo publicado por el medio Sin Embargo sobre la cinta, dónde se produce el discurso patologizante de Ochoa, el grupo de asexuales de habla hispana fueron sometidos por una campaña de acoso en contra de las personas asexuales.
Responsabilidad del Estado mexicano
El largometraje de bárbaro Ochoa se realizó a partir de recursos públicos y este se expuso durante el Festival de cine de Morelia, por lo cual, el Estado mexicano tiene responsabilidad indirecta con la producción y reproducción de discursos patologizante y desinformados sobre la asexualidad.
El estado mexicano ni IMCINE (instituto mexicano de cinematografía) se han pronunciado respecto a los efectos nocivos del discurso que la cineasta Bárbara Ochoa presenta en su film.