Juntos, pero no revueltos

Escrito por: Citlally Villarejo

Cuando estudias una Ciencia Social existe la posibilidad de que te sientas un semidiós que todo lo explica, entiendes que las personas construyen todo lo que son, pero, realmente sucede cuando no entiendes que ser científico social es saber analizar un fenómeno, en este caso, la sociedad y sus procesos, sin embargo, al igual que los científicos naturales no debemos olvidar que sólo estamos estudiando el fenómeno y que a diferencia de ellos, nosotros no podemos “controlar” el fenómeno, solo analizarlo.

Si bien somos conscientes de que el contexto influye también debemos entender que hay hechos biológicos, sí, muy cierto es que un mexicano que nace en su país tiene menor posibilidad de ser atacado por un neo-nazi que uno que nazca fuera de su país y en un contexto racista; una hembra cisgénero mexicana y atea no se construiría igual que una mujer africana y musulmana, pero sí, el hecho biológico es que ambas son hembras cisgénero, eso no lo construyen, eso ya viene dado, lo que construyen es el modo de “ser mujer” puesto que para una puede significar usar labial y para otra puede significarlo un hijo.

Las Manos, Guantes, De Punto, Invierno, Dedos, Lana

No construimos la asexualidad, puesto que ya nacemos con nuestra orientación, pero sí construimos el modo en que demostramos, la bandera  del orgullo asexual, la rebanada de pastel, el anillo negro fueron símbolos que adoptamos para poder decir “soy asexual” sin embargo nuestra orientación no es algo que se elija o construya, es algo biológico que ya traemos, es algo que se descubre, no que se “convierte” o “evoluciona”.

Las orientaciones tampoco son decisiones políticas, o estaríamos dando la razón a los crueles campamentos y programas que intentan forzar a la gente a ser heterosexual cisgénero, estaríamos negando nuestra naturaleza, nuestra existencia, esa idea de tener una orientación sexual como decisión política colabora al argumento “si la orientación es una decisión política entonces elige ser heterosexual, cisgénero, monógamo y evítate problemas”. No, yo puedo ser anarquista y puedo ser asexual, pero igual un homosexual transgénero puede ser anarquista, como un heterosexual cisgénero también lo puede ser, la ideología y la postura política no tienen nada que ver con la identidad sexual de la persona. Si bien una postura política puede defender y solicitar derechos de un grupo en riesgo, como lo pueden llegar a ser las personas “diversas” en su identidad sexual, por la injusticia, pero ese grupo vulnerable puede ser las personas pobres y las personas indígenas, y no veo grupos de corrientes políticas o ideológicas gritando “empobrecete” o “indigenizate”, tal como la postura de “alesbianamiento político”.

¿Acaso intentar decidir sobre la orientación o género de otra persona no sería una especie de dominación? si queremos superar el patriarcado hay que comenzar por respetar la identidad sexual de las personas sin usarlas como arma política.