Una preocupante realidad que muchos prefieren ignorar

Autor: Rus_94

Es verdad que cada persona es diferente y por ende atraviesa diferentes cosas y experiencias. Es por eso que dentro de nuestra comunidad, donde todos tenemos tanto en común, nunca encontrarás dos historias que sean iguales. Sin embargo, si es posible encontrar varias similitudes que parecen atravesar a varias o a todas ellas.

Pero hoy estaremos lejos de hablar de aquellas similitudes que se basan en experiencias agradables o en problemas cotidianos que en realidad pueden ser más molestos que otra cosa. Hoy hablaremos de esas preocupantes similitudes que solo pueden encontrar hablando entre personas que la han padecido en carne propia. Esas experiencias y vivencias que dejan un cúmulo de sensaciones que muchas veces no pueden ser bien abordadas, ya que al intentar desahogarse con alguien que no la ha vivido o ni se molesta en entenderla, uno puede sólo encontrar indiferencia o intentos de quitarle la importancia y gravedad que merece.

Un tema que mientras tiene a algunos con indiferencia e intentando quitarle importancia, tiene a otros muy preocupados y aterrados. Estoy hablando de la «violación correctiva» o «curativa» dentro de la comunidad asexual. Hoy quiero dar luz sobre este tema ya que esta es una realidad que a la comunidad asexual la atraviesa de una forma tan particular e increíble que a pesar de su público conocimiento, parece haber poco o nulo deseos de defenderse o defender a nuestros iguales ante ella.


Y no es mi intención quitarle importancia a las vivencias de otras comunidades que, lamentablemente debo decir, también se encuentran atravesadas por esta realidad que debería preocuparnos a todos por igual, pero hoy quisiera centrarme en la realidad de la comunidad asexual con respecto a este tema. Esto se debe a que a diferencia de las «violaciones correctivas» o «curativas» que pueden llegar a sufrir los miembros de otra comunidades, nuestra comunidad la sufre de una manera tan particular que es hasta difícil de comprender para los demás e incluso para algunos miembros mismos de la comunidad.

Pues lamentablemente, y a diferencia de las situación donde se desarrollan estas «violaciones correctivas” de otras comunidades, muchas veces en la comunidad asexual se suelen desarrollar con el propio consentimiento del afectado y, aún más grave, a manos de en quiénes más confiábamos o depositamos nuestro afecto.

Muchos prefieren pensar que eso no es real, que solo de tratar de nada más que mala comunicación. Mientras otros dicen que en realidad sólo se está agrandando lo ocurrido y sacando de proporciones el tema. Pero también están quienes saben la realidad y gravedad de la situación, ya sea porque lamentablemente la han vivido en carne propia o porque simplemente se tomaron el tiempo de escuchar la verdad de lo que sucede de alguien que la conoce y no solo habla desde afuera.

Se que muchos rechazan de plano lo que estoy diciendo, tal vez alegando que «la violación sólo ocurre cuando la víctima dice no o lucha por que no concurra». Pero la realidad es que siempre es más fácil hablar desde fuera, decir cómo deberían ser las cosas o cómo se debería actuar en determinada situación, sin saber lo que en realidad implica pasar por algo así o cuales son los pensamientos que te atraviesan en ese momento.

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Porque déjenme sacarlos de su ignorancia. Existe un tipo de violación donde la víctima no sólo no dice no, ni lucha por defenderse, sino que además es ella misma quien se pone voluntariamente en esa situación. Y esto que acabo de decirle no quita que los sentimientos o pensamientos que sobrevienen luego del suceso no sean iguales a los que desencadenan cualquier violación, «correctiva» o no.

Sin embargo, después de hablar e intercambiar experiencias y opiniones con miembros de la comunidad y con quienes han vivido en carne propia estas terribles experiencias, puedo afirmar que este tipo de violaciones pueden ser, sino no es que lo son, peores que cualquier otra «violación correctiva».

Y antes de criticarme y decir que cualquier violación o «violación correctiva» es igualmente terrible y reprochable, con lo que créanme estoy de acuerdo, déjenme expresar el porqué de mi opinión.

Mientras que en cualquier otra «violación correctiva” o violación, uno puede intentar luchar, decir no o resguardarse en un lugar de su mente mientras ocurre intentando desligarse de la horrible experiencia que ésta sufriendo. En la mayoría de “violaciones correctivas» que ocurren dentro de la comunidad asexual, uno acepta lo que está pasando y muchas veces se pone en esa situación por «voluntad propia», aun cuando cada fibra de tu cuerpo y pensamiento gritan dentro tuyo para que digas no y te alejes lo más rápido posible.

Y es esta situación, donde no sólo debes enfrentarte a los sentimientos de ultraje y malestar que deja atravesar algo como eso, sino que también debes enfrentar el hecho de que tu mismo permitiste que te sucediera eso, que decidiste ignorar deliberadamente lo que cada célula de tu cuerpo te grita, lo que hace que este tipo de hechos sean más terribles en comparación con otros.

Se que suena difícil de comprender cómo alguien puede permitir voluntariamente que le suceda algo como eso. Pero como he dicho anteriormente, es fácil hablar desde fuera sin saber lo que en realidad implica pasar por algo así o cuales son los pensamientos que te atraviesan y te llevan a permitir algo como eso.

Parte también de este «consentimiento» tiene mucho que ver con la otra involucrada. Pues mientras que otras «violaciones correctivas” son perpetradas desde el odio o la intolerancia y en realidad tienen la intención de causar daño, sin mencionar que muchas veces son realizadas por desconocidos o personas con las que no tienen mucho contacto. Las «violaciones correctivas» a la comunidad asexual son mayoritariamente realizadas por personas en las quienes confiamos o aquellas en quienes depositamos todo nuestro afecto y con las cuales nos permitimos abrirle nuestro corazón.

Y esto es así debido a que, no queriendo justificar ni muchos menos, esas personas en verdad están convencidas en que lo que hacen es correcto y guiado desde el cariño y el «amor». Y dijo «amor» porque eso no es amor, no amemos para nosotros.

Y es debido a esto, que puede ser que muchos cedan a la presión que nos impone la otra persona, sin aceptar lo que en verdad nos sucede y haciendo que nosotros mismos flaqueemos, a veces y con suerte por solo unos segundos y otras lamentablemente cuando ya es demasiado tarde, en nuestra resolución y en mantenernos fieles a nosotros mismos.

Misma presión que nos puede obligar a quedarnos callados, a permitir que nos obliguen a hacer cosas que en realidad sabemos que no queremos pero que posiblemente no encontramos la fuerzas necesarias para negarnos más firmemente. Porque como muy bien expresa una miembro de la comunidad «La presión que ejercen en uno desde que tenemos uso de razón para mantener relaciones íntima es abrumadora, básicamente nos inculcan que una relación debe tener si o si sexo o no funcionará. Lo cual nos obliga a ceder aún en contra de nuestros verdaderos deseos».